Love of lesbian: indie con alma de poesía


POR Patricia Revilla / Sara Candalija

PATRICIA REVILLA (P.V) / Sara Candalija (S. C): Sabemos que habéis dicho en varias ocasiones que fue un error comenzar en el mundo musical creando letras en inglés, ¿por qué elegisteis empezar a componer en este idioma en lugar de castellano o catalán? 

SANTI BALMES (S. B): Pues por un aspecto meramente de influencias y quizás por un erróneo proceso de mimetizaje en el piensas que estás tomando el camino correcto pero en realidad lo que estás haciendo es, de alguna manera, despersonalizarte. Aunque musicalmente nos sirvió para ir definiendo las líneas de nuestro estilo.

P.R / S. C: Y, ¿alguna vez os habéis planteado hacer un disco entero en catalán?    

S. B: Sí, muchísimas veces pensamos cuál sería el momento ideal para hacerlo. De alguna manera, cada lengua que empleas te lleva a una psicología y a unos recuerdos totalmente diferentes. Pero creo que si nuestras letras estuvieran en catalán, tendríamos un 80% menos de éxito porque la gente se identifica mucho con unas letras que pueden entender, y la mayoría de personas no serían receptivas. Aunque también seguramente habría algunas personas que no nos escucharían simplemente por el mero hecho de estar las letras en catalán, aunque luego puedan escuchar canciones en inglés o en otras lenguas. Y eso es así, aunque sea injusto. Sin ánimo de crítica, hasta cierto punto si, por ejemplo, U2 se pasara al irlandés también tendría su erosión... o quizá no tanto. Realmente es algo que me gustaría saber.

Al componer lo hago en castellano y en catalán, soy completamente bilingüe. Para mi el castellano es una lengua riquísima, que ha integrado geografías muy diversas, además de la cantidad de gente que lo habla, abarca y engloba un campo infinito de mentalidades y culturas.

P. R / S. C: Habéis venido varias veces a tocar a Londres, ¿tenéis un público inglés o son todo españoles viviendo aquí?

S. B: Hemos tenido un público inglés de novias y novios de españoles residentes en Inglaterra (risas). Personas que, en un momento dado pues, en vez de ir a ver a Depeche Mode han dicho: ‘voy a ir ver al grupo este que le gusta tanto a mi novia española’. Creo que se lo pasan muy bien, se quedan bastante sorprendidos y hasta ‘chapurrean’ algún tema por haberlo oído de sus parejas. 

P. R / S. C: Lleváis 20 años en el panorama musical, sin embargo, la mayoría de vuestros seguidores rondan los 20-35 años. ¿por qué pensáis que vuestras letras llegan más a esta generación?

S. B: Nosotros nos encontramos con un público bastante transversal pero, yo creo que coincidimos con una época de edad en la cual aparecen la mayoría de conflictos emocionales con los que pueda encontrarse una persona. Cuando llegan las grandes ilusiones, decepciones, resignaciones y esperanzas. Después, todo se instala en una especie de repetición de ciclos: la primera ruptura de pareja ya no es igual que la tercera, cuando ya tienes más asimilado que la vida es inestable, etc. También te digo que, a partir de una cierta edad en la cual empiezas a tener hijos (yo también esto lo he notado), de alguna manera, te anclas en lo que ya habías escuchado. No tienes siquiera tiempo para ir a conciertos ni para estar un poco al tanto de lo nuevo, es una franja de edad más complicada. No quiere decir que no vayas a coincidir con los temas de los que habla ‘Love of Lesbian’, sino que es que ni lo has escuchado porque tu vida ya es suficientemente complicada. Pero luego ya a partir de cierta edad, supongo que tienes esa relajación suficiente como para poder escuchar otra vez cosas nuevas. Y ahí es cuando te encuentras con una chica de 20 años que va con su padre al concierto de Love of Lesbian y los dos vibran.

P. R / S. C: ¿Qué piensas del auge que tiene ahora mismo en España el reggaeton?

S. B: A mi personalmente no me gusta, pero tampoco me gustaría caer en el error del típico padre que escuchaba a Frank Sinatra y de repente cuando surgió después el rock and roll empezó a maldecirlo. Creo que es peligroso decir que un estilo no es válido y, hasta cierto punto, es falso porque no hay estilo malo sino malos artífices de él. Cuando se mezcle de algún modo con otra cosa y llegue el genio de turno y coja el reggaeton y lo adapte con letras que sean interesantes, quizá me pueda gustar. Hoy por hoy eso no me ha pasado porque no he coincidido con la temática de las letras, que me parecen que son simples y que retroceden 20 años o más en temas de machismo, etc. Siempre ha habido temas un poco peliagudos en la historia del rock and roll y seguro que ‘La mataré’ de Loquillo, en estos momentos, estaría censurada por todos lados. Creo que los temas dependen de quien los toque porque a veces incluso puedes cantar algo con lo que ideológicamente no coincidas pero que es tan jodidamente bueno que dices: ¡bravo!

A Oscar Wilde, en un juicio, le mostraron un libro de orientación homosexual, que él no había escrito y le preguntaron ¿usted piensa que este libro es moral o inmoral? y él les respondió: es algo mucho peor, está mal escrito. Pues yo opino lo mismo.

P. R / S. C: De los primeros discos (Maniobras de escapismo o 1999) a este último (El Poeta Halley) hay un cambio muy grande ¿ha influido en ello este incremento de seguidores?

S. B: Si hablamos de cambio de estilo o de longitud de letras, al final la gente es quien te va dando la confianza. Lo que en su momento veíamos como imposible, que era hacer una canción de 6 minutos, ahora te ves capaz de ello. También el estilo ahora está más marcado y casi como que la gente te ha dado el beneplácito de la extensión y, de algún modo, te sientes más valiente. Si por ejemplo surgió una canción como John Boy en su momento, era porque estábamos en equilibrio entre lo que era la melodía y lo que era la letra, pero no fue algo meditado para conseguir llegar a más público, nada que ver con eso. Fue mera intuición. Porque además si esas cosas las haces con premeditación, no te salen. A veces, cuando estás escuchando según qué emisora de radio, no sabes diferenciar quién es quién. Mis hijas a veces me dicen: ‘mira, esta es Miley Cyrus y ésta es nosequien’ y yo digo: maldita sea, es que es como si todo hubiera salido de la misma fábrica. Eso tiene un público muy especial, que le apetece escuchar algo que le haga cantar en el coche sin ninguna preocupación y sin ninguna necesidad de ir más allá. Y es que también es necesario combinar porque si escuchas Radiohead todo el día al final te tiras por la ventana (risas). Es cierto que hay gente que sólo escucha lo indie más radical o gente que escucha solo un estilo concreto, pero creo que la inmensa mayoría va saltando de un estilo a otro, y yo creo que eso es lo más sano.

P. R / S. C: ¿Qué aspectos de vuestra vida han cambiado al experimentar la fama?

S. B: Depende de dónde estés ubicado en la banda. A nuestro guitarra Jordi la vida apenas le ha cambiado porque tiene la facilidad de mimetizarse, pero yo no la tengo. Yo voy a comprar un regalo a una tienda y acaba saliendo en twitter “Santi Balmes ha estado…”. Quizás al ser la parte más visible del asunto lo notas más. De todas formas, yo creo que estamos en un punto de popularidad ideal. Hay un tanto por ciento de gente que te conoce, pero no es lo que le pueda pasar por ejemplo a un Bisbal. Yo creo que eso no lo podría soportar porque directamente el personaje es lo que ocupa el 100% de tu vida y sabes que si sales a la calle o vas a un chiringuito de playa a tomarte una paella con tus colegas va a estar todo el mundo mirando. Esa es la diferencia, primero que no vamos a llegar a eso y que tiene que ser bastante jodido. Lo nuestro es muy bonito, la verdad. 

P. R / S. C: ¿Tenéis estudios superiores? ¿A qué os hubiera gustado dedicaros si LOL no hubiera salido adelante?

S. B: Éramos gente bastante vaga. Yo empecé a estudiar psicología, pero me largué porque ya veía que no podía pasar cinco años ahí viviendo del cuento, me tenía que poner a trabajar. Estudié Turismo pero más que nada para sacarme la diplomatura y tener un plan B. Seguramente si me dices qué haría ahora que sí que me lo podría permitir, pues habría estudiado Antropología, Sociología… Una cosa de estas siempre me ha llamado bastante la atención y ser profesor no me hubiera disgustado para nada.

P. R / S. C:  ¿No retomarías la psicología?  

S. B: No, la psicología no la recuperaría.  A parte, de alguna manera, tiene un punto casi opuesto a la creatividad. Si logras como psicólogo saber qué me pasa y me curo, pues igual dejo de crear porque me has curado y puede que curarme sea lo peor que puedes hacer por mí. Me dejarías sin curro y tendría que buscar otro. Cuando te dedicas a la música al principio la gente te dice: “Ah, te dedicas a la música, pero aparte, ¿en qué trabajas?” y es una pregunta que te deja un poco flipando. Cuando tienes una vocación muy marcada eliges una carrera para que tu entorno calle pero, al final sabes perfectamente que va a salir, porque si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña.

P. R / S. C: ¿Cómo The Cure llega a conoceros y a ofreceros ser sus teloneros? ¿Cuál fue vuestra reacción?

S. B: Nos ofrecimos nosotros. Sabíamos que venían de gira por España, que no iban a llevar teloneros y que en cada país estaban eligiendo teloneros locales. Les enviamos el disco y un videoclip y Robert Smith dijo que adelante. Ese fue el primer momento en el que creímos que podría suceder algo con la banda. También  te tengo que decir que era el primer disco y estábamos ultra verdes, pero claro nos pusieron ahí y  tienes que decir que sí aunque sepas perfectamente que eres un amateur de mierda. Pero tienes que tirarte a la piscina porque esto, de alguna manera, funciona así.

P. R / S. C:  ¿Cuál es vuestro mejor recuerdo de esa época?

S. B:  El que se acabara. 

P. R / S. C: Aunque ahora contéis con muchos más recursos, medios y muchas otras cosas ¿no volverías a ese momento en algún aspecto?

S. B: No, aunque estoy siendo muy radical. La ilusión de tenerlo todo por delante, tener las líneas de lo que vas a hacer poco definidas te abre un campo entero de posibilidades, y sólo saber que tienes ese campo increíble de posibilidades lo hace una época acojonante. Ahí tienes que tener la fe de los primeros cristianos porque todos los inputs que te da el exterior no te animan a continuar. Puedes hacer una gira por España con una ocupación de una media de 20 personas por bolo siendo muy optimista y ahí casi es como una ley de selección natural de los que siguen y los que no. Si todo hubiera acabado ahí, habría tenido la sensación de que había lanzado mi vida a la mierda. Tuvimos la grandísima suerte de que al final decidimos dar un giro a nuestra carrera y reinventar la banda casi desde cero.

P. R / S. C:  ¿Cuál es el peor recuerdo que tenéis de un concierto durante los últimos años?

S. B: Cuando hicimos Espejos y Espejismos en Madrid hubo un momento un poco triste. Fue muy desagradable porque había un promotor que, a nuestras espaldas, eligió un emplazamiento equivocado y, por culpa de personas ajenas, tuvimos que plantar cara a un público que no escuchaba nada, que no veía nada y que luego nos increpaba. Nosotros nos quejamos, pero ya estaba dada una paga y señal de un pastizal increíble a esa sala y ya no se podía recuperar. Fuimos vendidos al concierto, pagamos los platos de una persona que en ese momento no dio la cara y eso es lo que te hace pensar como banda que nosotros somos los que debemos tener la última palabra siempre en todo lo que decidamos. Eso te convierte en una persona extremadamente cuidadosa con los detalles.

P. R / S. C: ¿Alguna anécdota graciosa?

S. B: Ha habido muchísimas. De las últimas que recuerdo más graciosas es cuando vino a colaborar Manolo García a nuestro concierto de Razzmatazz y el tío en el camerino nos decía, porque hacíamos tres días seguidos y él vino el segundo, “ostras es que no sé, igual salgo y la gente me silba porque vuestro público es muy indie” y nosotros le dijimos: “venga ánimo, Manolo tío, que cuando salgas se va a venir el Razzmatazz abajo”. Y bueno, salió y claro, se vino abajo (risas). Y acaba la canción, se acerca a mi oído y me dice: “oye, ¿mañana también puedo venir?”. Eso fue muy hermoso. 

P. R / S. C: ¿En qué os ha ayudado Internet y las redes sociales? ¿Cómo es tocar en Sudamérica? ¿Dónde os habéis sentido más a gusto y por qué?

S. B: Muy guay. Es una experiencia increíble. Siempre tienes el problema ese de que a veces no te llevas los instrumentos, tienes que alquilarlos y el instrumento que te llega no es el acordado. También el hecho de estar lejos de casa, que te entra una morriña acojonante. Fuera de eso, el calor que recibes de  la gente de Latinoamérica es muy serio. Nosotros en Latinoamérica nos hemos sentido a gusto en todos los países. Quizás a nivel de público, donde nos ha costado más es Argentina. Nuestros fans allí son excelentes, pero no son tantos como nos gustaría. Aun así, nosotros tenemos una deuda emotiva con México ya que fue el primer país, a parte de España, que se puso las pilas con nosotros y que cada  vez que hemos ido ha sido una auténtica celebración. México DF es la ciudad con más fans de LOL, más que Madrid y Barcelona. Tenemos más fans allí que en cualquier otra ciudad.

P. R / S. C:  ¿En qué os ha ayudado Internet y las redes sociales?

S. B: Internet ha sido la madre del cordero para nosotros, nuestra nave nodriza para llegar a esa viralización. Es muy tranquilizador pensar que hay plataformas como YouTube que son la tienda abierta las 24 horas del día. Mientras tú estás durmiendo igual te está conociendo gente en Uruguay, Costa Rica… Es algo que está trabajando todo el rato, independientemente de que estés sonando o no en radios. 

P. R / S. C:  Has dicho en alguna entrevista que para crear letras es necesario tener un silencio interior,‘algo que te chive’. ¿En qué situaciones/estados llega tu ‘leal traidora inspiración’ para crear este lenguaje tan fino, profundo y surrealista (muchas veces)?

S. B: Yo creo que no es la situación sino ese estado de ánimo, un poco extremo que es la receptividad de las cosas que pasan a tu alrededor y la extroversión a la hora de expresarse. Es, sobre todo, eliminar prejuicios, no nos damos cuenta pero sí que tenemos una gran cantidad de muros en nuestro interior que hacen que a la hora de coger un boli y un papel no salga absolutamente nada. Aunque si, de alguna manera, tienes las ventanas muy abiertas, cuando las cosas van mal lo pasas peor que el resto. Yo creo  que tengo demasiada empatía con mi entorno y eso puede ser bueno o malo. A veces envidio a la gente que es capaz  de aislarse de lo que pasa a su alrededor, aunque también es gente que nunca va a componer un tema probablemente. 

P. R / S. C: ¿Te funciona bien la técnica de seguir dejando cosas para él último momento, como has dicho en alguna ocasión

S. B: Ya no tanto, El Poeta Halley surge de unos meses que estuvimos parados y pudimos reflexionar mucho el disco. He aprendido un poquito entre esto y la meditación trascendental que intento practicar cada día. Es el placer del pensamiento calmado y es algo que también engancha.

P. R / S. C: ¿De dónde nacen las ideas de los últimos videoclips que habéis hecho?

S. B: Hasta cierto punto, siempre damos rienda a la imaginación del director y preferimos decirle que se escuche todo el disco y nos diga la canción que le parece mejor.  A veces, te dicen una que no es la que esperabas porque quieres sacar otro tema como single. Por ejemplo, Kike Maíllo nos pidió hacer Wio, antenas y pijamas y nosotros no habíamos pensado sacarla como single, pero nos fiamos de las ganas que tiene el director de poner parte de su mundo en un tema. Cuando las cosas se fuerzan son un absoluto despropósito y al final eso se acaba percibiendo. 

P. R / S. C: Entonces ¿vosotros proporcionáis ideas al director?

S. B: Jamás, por ley. Si tienes una idea sí que lo puedes intentar colar tomando un café pero el director en general tiene muy claro lo que quiere hacer. Son personas con una personalidad muy apabullante y no les vas a vender la moto. Lo que sí que nosotros tenemos que diferenciar es cuando un director quiere endosarte una idea con lo que lleva años en la cabeza y ha sido rechazada por otra banda.  A veces te dicen lo que quieren hacer y no te cuadra para nada con la canción, por lo que es algo que tienes que vigilar. 

P. R / S. C: Elige dos canciones favoritas de todos tus discos, por favor.

S. B: Me quedaría con Los males pasajeros y Universos infinitos.

P. R / S. C:  ¿Cuál es la canción que no puedes dejar de escuchar últimamente?

S. B: The Eraser del disco en solitario de Thom Yorke, aunque me habría gustado decirte una canción de reggeaton, habría sido muy bueno (risas).

P. R / S. C: ¿Qué libro estás leyendo?

S. B: Él último de César Pérez Gellida, A grandes males. También me he estado leyendo a Cortázar, sus transcripciones de las clases que dio en Berkeley, que merecen mucho la pena.