Música desde la tierruca


POR Chloe Franklin / Daniel Cabeza

MARÍA GÓMEZ BEDOYA: ¿Cómo empezó vuestra andadura?

NANDO AGÜEROS: En la música yo creo que empezamos por casualidad. Ya desde pequeños poníamos música montañesa en el coche de nuestro padre o en casa. Además, en las tabernas de Lamasón escuchábamos mucha canción asturiana debido a su proximidad e influencia en cuanto a tradiciones y costumbres.  

La verdad es que mi hermano siempre ha tenido una habilidad innata para interpretar estos temas, mientras que mi vocación fue más tardía. A medida que íbamos creciendo, aprendimos muchas canciones y mi hermano, tras haber adquirido una gran colección de casetes, empezó a estudiar el folclore. Entonces entró a formar parte del Coro Ronda Garcilaso, que para mí es el coro de música folclórica más importante de Cantabria. Aquello fue a finales de los 90 y, al cabo de un año, me picó el gusanillo y entré yo también. Siempre me pareció un coro más divertido que didáctico ya que aprendíamos muchas canciones en un ambiente distinto.

Más tarde se unieron al coro los hermanos Cosío, con quienes acabamos formando el grupo Voces Peñasagra. Con este grupo llenamos un vacío importante en cuanto al interés de la juventud por la música folclórica cántabra. Yo creo que la clave de nuestro éxito fue haber comenzado a componer canciones y, gracias a ello, acabamos grabando dos discos y haciendo cantidad de conciertos.

Todo esto duró hasta 2004 porque ya en 2005 formamos Tanea, para después pasar a ser los hermanos Agüeros. Total, que desde nuestros comienzos habremos reunido unas 80 o 90 canciones.                    

M.G.: ¿Y de dónde os viene la inspiración?

N.A.: Nuestra inspiración viene de haber descendido del valle de Lamasón, de haber pasado la infancia en Cires (un pueblo de montaña prácticamente aislado) y de haber estado en contacto directo con la vida del pueblo. También diría que los cantautores a los que he escuchado desde bien joven fueron una fuente de inspiración para acabar siguiendo sus pasos.

SERGIO AGÜEROS: Para mí es un honor cantar a todas estas vivencias ya que son el reflejo del modo de vida de nuestra familia, que siempre ha estado al cuidado del ganado, de la hierba y de todo lo que conlleva la vida rural de alta montaña.

M.G.: ¿Por qué diríais que es importante conservar el patrimonio regional?

N.A.: Yo creo que la música es el elemento perfecto para hacer llegar a los jóvenes el patrimonio regional. De hecho, uno de mis mayores orgullos en esta profesión es que los niños me paren por la calle y me digan que les encantan nuestras canciones. Para mí eso es lo más. Con la música el mensaje llega muy directo. Entonces, cuando esos críos tengan cierta edad y vuelvan a escuchar una de estas canciones, aprenderán a querer a su tierra.

S.A.: Yo también creo que la transmisión del patrimonio regional es una labor nuestra, es decir, que debemos intentar inculcar a nuestros niños las tradiciones y el folclore de nuestra tierra. Es un poco más difícil que cuando nosotros éramos jóvenes porque, en nuestro caso, lo vivimos muy de cerca.

M.G.: Como en 2017 se celebra el Año Jubilar Lebaniego, ¿qué destacaríais vosotros sobre la “tierruca” ahora que va a exponerse al mundo?

N.A.: Parecerá un tópico, pero yo creo que es verdad que la gastronomía nos representa, porque en el norte de España se come muy bien. Y luego, en cuanto al turismo, quien venga a Cantabria no puede dejar de visitar Santillana del Mar, El Soplao, las villas marineras que tenemos a lo largo de la costa cantábrica, Campoo o Liébana. La verdad es que esta es una tierra para perderse en ella, para disfrutarla al 100% y a la que siempre se querrá regresar.        

S.A.: Yo creo que tenemos un patrimonio cultural muy rico y, aparte de la gastronomía, nuestros paisajes son únicos ya que son lo que maravilla a todo aquel que viene a Cantabria.

M.G.: ¿Recordáis algún momento especial en vuestra carrera musical?

N.A.: Yo destacaría un concierto que hicimos en el Palacio de Festivales de Santander en 2009. Fue mágico y especial por el lugar donde se encuentra el palacio, por el despliegue de músicos y porque le pusimos muchísima ilusión. Otro momento mágico fue un concierto que di en El Soplao en julio del año pasado.

S.A.: En mi caso, siempre que salimos fuera (a Latinoamérica por ejemplo) y cantamos a la gente que no ha tenido la fortuna de regresar a su tierra y se emociona con nuestras canciones, se me ponen los pelos de punta.

M.G.: ¿Y cuáles son tus proyectos de futuro, Nando? ¿Expandirte más quizá?

N.A.: Sí, ahora voy a dedicarme a escribir canciones y no voy a ponerme fechas. Quizá siga en la línea de mi último disco, que es más de cantautor que de folclore; habrá más baladas, rock, pop… Digamos que he cambiado un poco el estilo para no estancarme, porque si no parece que todo suena igual.