El regreso de la caza de ballenas

POR Julia Cieslak REVISADO POR Kiara Guevara

En diciembre de 2018 Japón anunciaba que en julio del siguiente año remontaría la caza comercial de ballenas. Esta decisión provocaba en ese momento una auténtica tormenta internacional.

La Comisión Ballenera Internacional (CBI)

En 1986 se prohibió la caza comercial en lugares donde estas especies estaban en peligro de extinción. Este acuerdo, sin embargo, parece no haber sido suficiente para detener la caza de ballenas en Japón. Hasta la fecha, la captura en el país nipón se hacía solo con fines estrictamente científicos, si bien, algunas investigaciones apuntan a la venta de la carne del cetáceo después de su uso científico. En este país asiático se capturan anualmente entre 200 y 1.200 ballenas para investigar los niveles de ganado y saber si estos animales están en verdadero peligro de extinción.

Japón se retirará de la CBI porque el gobierno nacional considera que esta comisión no está comprometida con uno de los objetivos con los que nació como es el apoyo de la caza comercial sostenible. En septiembre de 2018 Tokio intentó persuadir a la CBI para permitir cuotas limitadas de captura comercial, pero la propuesta fue rechazada. Así pues, fuera de esta comisión, Japón podrá pescar especies consideradas protegidas por parte de la CBI. No obstante, Japón estará obligado a cumplir con las leyes internacionales.

La carne de ballena.

Resulta relevante precisar que, según Nanami Kurasawa (Iruka y Kujira, Action Network), muchos japoneses ya no tienen interés en las ballenas ni en la caza de cetáceos en Japón. En 2013, 9 de 10 japoneses aseguraron que no compraban carne de ballena. El resultado es que mucha carne de ballena ha sido utilizada como comida de mascotas. Así pues, no queda del todo claro por qué el gobierno quiere reactivar esta práctica. De hecho, en general, solo las subvenciones gubernamentales mantienen viva la industria estos días.

¿Por qué Japón quiere reanudar esta práctica?

Japón sostiene que la caza de ballenas es parte de su cultura, igual que sucede en Noruega o Islandia y consideran que deben continuar de una manera sostenible. Según la Asociación Japonesa de la Caza de Ballenas, la captura de ballenas se remonta al siglo XII cuando los pescadores comenzaron esta práctica con arpón. Un poco más tarde, en el siglo XVII, la práctica se organizaba en su lugar de culto, la ciudad de Taiji, un sitio que actualmente es conocido en el extranjero como un puerto de caza de delfines.

Al término de la Segunda Guerra Mundial la carne de ballena se convirtió en una importante fuente de alimentación en todo el país como consecuencia de la escasez de alimentos. Las personas que por aquel entonces se vieron afectadas por esta necesidad, siguen defendiendo el consumo de esta carne por cuestiones nostálgicas mas que por el valor nutritivo o el sabor.

Consecuencias negativas de la caza de ballenas

El principal problema de la caza de estos animales es la posible extinción. En este sentido, se estima que en el siglo XX las ballenas azules y las de aleta fueron capturadas sin regulación dejando a estas especies al borde de su extinción. Diferentes estudios apuntan que hasta el año 2100 no se recuperará la mitad de la población perdida en el siglo pasado. La disminución de la biodiversidad marina depende, en gran parte, de la regulación de esta práctica.

Por otro lado, la caza de ballenas tiene un impacto económico negativo para el país. La práctica es excesivamente cara y el rendimiento económico es pequeño. Actualmente, la industria de avistamiento de ballenas es creciente en todo el mundo. Por lo tanto, las ballenas vivas y en libertad de movimiento son más valiosas que las muertas.

Otra consecuencia es la clara afectación a la salud de la población ya que la carne de ballena contiene elementos que no invitan a su consumo habitual. La ballena acumula toxinas y contaminantes, lo que provoca que se sitúen en la parte superior de la cadena alimenticia. Los cetáceos pueden incluir metales pesados, organoclorados y otras sustancias químicas peligrosas. Las amenazas para la salud incluyen el desarrollo de enfermedades como cáncer o disfunción reproductiva.

Aspectos positivos de caza de ballenas

Existen ventajas y aspectos positivos en esta práctica. Después de todo, hay países como Islandia o Noruega que siguen cazando ballenas y que lo hacen, además, sin mala prensa.

Para empezar, las ballenas pasan su ciclo vital en el océano y son parte fundamental de la naturaleza. Parece evidente que esta forma de vida, en completa libertad, es indiscutiblemente mejor que la que tienen muchos otros animales.

En segundo lugar, la carne de ballena es más sostenible que la carne de ganado. La producción del ganado es considerada la fuente principal de gases de efecto invernadero y la destrucción ambiental. Recientes investigaciones muestran que el dióxido de carbono producido por un kilogramo de carne de ballena no llega ni al 10% de la cantidad producida por un kilo de carne de vaca. Este cálculo incluye las grandes distancias de barcos balleneros que viajan para obtener la carne de estos enormes cetáceos.

¿Por qué Japón tiene mala prensa en este asunto?

¿Cuál es la diferencia entre Japón, Noruega e Islandia en relación a este asunto?

En primer lugar, Japón asesina más ballenas de las necesarias para abastecer el mercado nacional. En el país asiático muchos más tipos de ballenas son cazadas, algunas de ellas en peligro de extinción, a diferencia de lo que ocurre en Noruega o Islandia.

Por otra parte, hay una diferencia en la tasa de mortalidad instantánea. En Islandia, la tasa se acerca al 84% frente al 40% de Japón. En el país nórdico las ballenas que no mueren al momento lo hacen en los siguientes 8 minutos, mientras que Japón tiene un problema con muchos arpones que quedan atascados en los animales, provocando una muerte lenta y dorolosa.

La principal razón de la mala prensa que gira en torno a Japón es la información sesgada que se ofrece en relación a esta práctica así como la omisión de algunas leyes internacionales sobre la cacería de ballenas.

Algunos documentos audiovisuales sobre el tema.

Existen varios documentales sobre la caza de ballenas y otros cetáceos. Una de las películas más populares es The Cove. La mala prensa de la ciudad de Taiji es consecuencia pricinpal de la filmación de este documental. The Cove recoge esta práctica sobre delfines en la ciudad de Japón. La película ofrece una representación bastante angustiosa de la cacería y ha recibido numerosas críticas. Esta cinta se alzó con el premio de la Academia como mejor documental. Posiblemente, a causa de su rodaje en secreto, la película representa la cruel realidad de la captura de delfines.

En respuesta a The Cove un cineasta japonés decidió hacer otra película sobre Taiji y la cultura ballenera en Japón, A Whale of a Tale. Es un documental mucho más neutral que representa ambos lados del conflicto.

¿Debemos juzgar a Japón?

Hoy en día hay una tendencia a criticar otras culturas, personas o países sin evaluar propiamente sus acciones y costumbres. En este sentido, ¿deberíamos juzgar a Japón por sus decisiones?

En primer lugar, no debemos juzgar a Japón por comer carne de ballenas mientras sigamos ingiriendo cualquier tipo de carne. Igualmente, no debemos juzgar a China por comer carne de perro y gato o el consumo de cobayas en Perú. Cada país tiene animales diferentes como mascotas y otras como alimento. La crítica ha de centrarse en las condiciones de vida de estos animales y en la manera de morir que tienen.

Uno de los elementos que ha provocado cierta controversia en la prensa internacional es la sostenibilidad de la caza de ballenas en Japón. Es evidente que la decisión del país asiático es perjudicial para la población de ballenas. Sin embargo, estamos viviendo la sexta extinción masiva, con 150-200 especies de plantas, insectos, pájaros y mamíferos que se extinguen a diario. En realidad, la posible extinción de ballenas no es significativa en relación con el número total de pérdidas a nivel global. Hay que reconocer el problema y las consecuencias a gran escala. La industria ganadera está destruyendo el hábitat de los animales, produciendo zonas muertas en el océano y está contribuyendo al cambio climático. Los países occidentales contribuyen igualmente a esta cadena de extinciones. Al menos los japoneses celebran y expresan la gratitud por los animales varias veces cada año. Y nosotros, ¿hacemos algo parecido?

El futuro de ballenas y otros cetáceos.

La caza de estos animales es uno de los problemas que ponen en peligro su población global, si bien no conviene olvidar otros problemas como el cambio climático, la sobrepesca, el enredo en las redes y la contaminación de agua.

Frente a las malas prácticas, muchas poblaciones de ballenas están demostrando resiliencia y están reconstruyendo sus comunidades después de la sobreexplotación en los siglos anteriores. Los investigadores no saben, a día de hoy, cuáles serían las consecuencias de la recuperación de la población ballenera en el ecosistema marino.