Coco y la importancia de la representación

POR Katy Baines      REVISADO POR María Aranda Bravo

Después de tantos años de narración occidental y eurocéntrica, la última creación de Pixar es un homenaje a uno de los días más importantes en el calendario mexicano, el Día de los Muertos. Coco narra la historia de Miguel, un joven músico que busca demostrar a su familia sus capacidades con la guitarra. Sin embargo, su familia detesta la música debido a ciertos hechos del pasado, rompiendo así los sueños del pequeño protagonista. En la búsqueda de una manera de mostrar que la música es para él parte esencial de la vida, Miguel es transportado a la tierra de los muertos en buscar a su tatarabuelo y corregir así los errores del pasado.

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Pero este articulo no va a hablar sobre la trama de Coco (no haremos spoiler) sino de cómo rinde homenaje a la cultura mexicana y por qué es importante su representación en los medios de comunicación. En la nueva proyección de Pixar, el espectador sentirá un conexión fuerte y sincera con México gracias a los detalles y curiosidades que se cuentan en la animación. La película está llena de pequeños guiños a la vida cotidiana en el país azteca, incluyendo un Xolo (un tipo mexicano de perro sin pelo) con la lengua gacha como fiel amigo de Miguel y un prólogo bidimensional animado para parecerse al papel picado, un arte popular mexicano, una artesanía decorativa hecha de papel cortado en hermosos y elaborados diseños. Además, los telespectadores podrán disfrutar de los pétalos de cempasúchil, los cuales según la leyenda sirven para ayudar a los antepasados a encontrar a su familia viva. El ambiente de las calles, la vestimenta de los personajes y, por supuesto, la aparición de figuras históricas mexicanas como Frida Kahlo, María Félix, Emiliano Zapata, Pedro Infante y Jorge Negrete hacen de esta producción un retrato singular de México. Otro detalle importante y característico de la cultura mexicana lo podemos ver a través del personaje de la abuelita, matriarca de la familia, quién usa sus chanclas como instrumento de disciplina. Claro que para la mayoría de la audiencia no mexicana e hispanohablante, estos detalles podrían pasarán desapercibidos, pero lo cierto es que los guionistas los han llevado a la gran pantalla para mostrar el respeto y el rigor en la representación de esta cultura.

Durante las entrevistas al director, el estadounidense Lee Unkrich, éste no ocultó en ningún momento sus intenciones: no entrar en conflicto con la comunidad latina, ser culturalmente apropiado y no abusar del folclore étnico, hechos que pueden darse debido a la ignorancia o a los prejuicios ocultos. Para cumplir sus intenciones, Lee Unkrich hizo varios viajes de investigación a México y reclutó a miembros del equipo latino para ayudar a contribuir con el proyecto. Buscó las opiniones de consultores culturales latinos para asegurarse de que sus ideas fueran apropiadas y funcionaran dentro de la película. De hecho, este uso de influencia externa es algo que nunca se había visto antes, ya que Pixar tiende a limitarse a un bloqueo creativo estricto, manteniendo la trama y los detalles en la más estricta privacidad. A pesar de su falta de vínculo personal con el legado de la historia, puede verse el respeto que existe tanto por la comunidad latina como por la narración sincera de la historia.

El estudio buscaba una historia más local que turística y los ejecutivos confiaron en que las audiencias no latinas se verían atraídas por los temas universales de legado familiar y solidaridad de la historia.

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A lo largo de la película varios personajes principales (con voces de un elenco latino casi en su totalidad que incluyen a Gael García Bernal, Benjamin Bratt y el joven Anthony González como Miguel) entran y salen del español no traducido, una rareza en el cine estadounidense comercial. Esto asegura que el espectador sepa que esta es una cultura que forma parte del español, pero también que hay familias bilingües mexicanas y latinas que alternan regularmente inglés y español.

¿Cuándo has visto una película animada para niños con un elenco que se desliza perfectamente entre dos idiomas, sin necesidad de ser bilingüe para ver dicha cinta? Esta es la razón por la cual la representación latina es importante. Imagínese, querido lector, como un niño mexicano, viéndose a si mismo como el protagonista de la gran pantalla por primera vez en su vida. Donde el blanco no es el predeterminado. De hecho, ¿recuerdas alguna película de Disney inmersa en una cultura latina? El guionista, Adrian Molina, dijo en su discurso de los Oscars: "intentamos dar un paso adelante hacia un mundo donde todos los niños crezcan viendo personajes en películas que se ven, hablan y viven como lo hacen. Las personas marginadas merecen sentirse como pertenecen. La representación importa.” Y tiene razón. En innumerables publicaciones y artículos en blogs hay historias de mexicanos y latinos que aseguran que verse retratados y festejados en el cine ha sido liberador, poderoso e increíblemente emocional.

Como se puede ver, gracias al enfoque dado por la dirección de la película, se la considera revolucionaria, estableciendo el estándar para una representación precisa y auténtica para el futuro.

Entonces, ¿qué esperarmos ver ahora en la gran pantalla? LGBTQ +, otras culturas marginadas, comunidades de color, etc. Celebremos el mundo tal como es, con historias de todos los rincones del planeta, con personas reales, culturas reales, problemas realmente importantes, en definitiva, hay que empezar a mostrar diversidad y una imagen real del mundo real. Las películas para niños no siempre tienen que ser de princesas rubias y valientes caballeros.